Horacio: Poesía del día a día
Jazmín
Yajaira Bautista Lara
Quinto Horacio Flaco (conocido comúnmente solo como
Horacio) fue el principal poeta lírico y satírico en lengua latina. Hijo de un
liberto (esclavo manumitido), y nacido en el año 65 a.C., vivió en libertad, mas no se escapó
de recibir desdenes y menosprecios por su situación. A pesar de eso, él no creó
ningún odio ni resentimiento hacia la sociedad que lo trató con inferioridad.
Asistió a la escuela de Venusia, mas su padre creyó que la educación que estaba
recibiendo en ese lugar era demasiado elemental, por lo que lo llevó a Roma en
donde él mismo lo educó. De mayor, Horacio formó parte del ejército de Marco
Junio Bruto, pero luego de ser vencido
esté, Horacio quedó sumido en la pobreza, teniendo que trabajar como escribano
en la oficina de un cuestor para poder asegurarse su subsistencia. Con el
tiempo, Horacio se ganó el respeto y la admiración de demás poetas latinos,
tales como Vario y Virgilio, de quienes se ganó su amistad. Fue gracias a esta
amistad, que Horacio fue presentado ante el ministro y consejero de Augusto, Mecenas,
quien se convirtió en su protector y amigo personal. Su amistad fue de tal
poder y grandeza, que Horacio murió muy poco después que Mecenas, el 28 de
noviembre del año 8 a.C. para ser exactos, y ambos fueron enterrados uno junto
del otro.
Todo el
trabajo poético de Horacio puede dividirse en cuatro géneros poéticos: Los épodos
(o yambos como los llamaba él), las sátiras, las odas y las epístolas.
A pesar
de que los épodos debieron ser las primeras poesías con las cuales trabajó
Horacio, aquellas que primero vieron la luz en una colección completa fueron
las sátiras. Esta primera colección fue publicada entre los años 35 y 34 a.C.,
en las cual el tema predominante es la amistad del autor latino con Mecenas.
Aun así, podemos también encontrar algunas sátiras dedicadas a otras personas y
temas varios. Finalmente, dieciocho son las sátiras que conforman toda la
producción horaciana de este género; diez en su primer libro y ocho en el
segundo. Las sátiras de Horacio
contienen un tinte de la antigua tradición, mas cuentan con la innovación de
que todas están escritas en hexámetros. Además, estas fueron casi siempre escritas
de forma impersonal, sin ofender a nadie ni atacar al individuo directamente.
Los
épodos, que fueron publicados después de las sátiras, conforman una colección
de diecisiete composiciones. Cada uno de ellos trata asuntos muy diferentes
entre sí, más se puede encontrar que los sentimientos predominantes en ellos son
la inquietud, el rencor o la ira.
Las odas
comienzan el segundo gran período de la actividad poética de Horacio. Estas se
encuentran divididas en cuatro libros, aunque solo tres de ellos fueron los
publicados en el año 23 a.C. Más tarde, fue cuando se añadió el cuarto libro
con las odas que Horacio escribió en sus últimos años de vida. Estas odas, cuyo componente fundamental es la
lírica, fueron escritas por el poeta romano inspirándose en la lírica de Alceo.
Horacio se sentía atraído por la lírica del griego por razones de afinidad, ya
que ambos compartían visiones parecidas de la vida y que plasmaron en sus
obras.
Las
epístolas de Horacio vieron la luz siete años después de la publicación de sus
sátiras, cuando el poeta latino vivía en sus años cuarenta. Esta poesía se destaca
por su tono despreocupado, más personal e intimido que Horacio escribe
dirigiéndolas a sus amigos, con temáticas filosóficas-moral, conteniendo
reflexiones y divagaciones del mismo autor. Además, se consideran a estas como
una especie de despedida poética de Horacio. Las epístolas se distribuyen en dos libros. El
primero de ellos consta de veinte composiciones destinadas a variados
personajes. Mientras, el segundo libro consta solo de tres epístolas, de
extensión mayor que las de su primer libro, dirigidas una de ellas a Augusto, otra
a Julio Flore y la última a la familia de los Pisones (esta epístola, conocida
como Arte Poética o Epístola a los Pisones, es una de las
grandes poéticas de la antigüedad, en la cual Horacio le aconseja a los Pisones
sobre el arte de escribir).
El
trabajo poético de Horacio no se caracterizó tanto por el manejo de alguna temática
específica y predominante (a pesar de que un gran porcentaje de su obra está
dedicada a su amigo y protector, Mecenas), sino por los géneros líricos y
métricas con los cuales realizó sus obras. Horacio más bien dedicó su poesía a los
acontecimientos o personajes que en su vida diaria le fueran relevantes, así
como a algunos sucesos comunes que no cualquier poeta hubiese utilizado de
inspiración para escribir poesía. El poeta romano le dedicó tanto versos a su
padre, a su amigo Mecenas, a la guerra civil; así como a un plato de yerbas
condimentadas con ajo que le causaron malestares, o una vez que un árbol estuvo
a punto de aplastarlo y Horacio le dedicó una oda a aquel que plantó ese árbol:
Fue un día nefasto cuando te plantaron árbol fatal; una mano sacrílega
fue la que te hizo crecer para desdicha de la raza
venidera y oprobio del lugar.
¡No me cabe duda que le rompió la cabeza a su anciano padre y que, valido
¡No me cabe duda que le rompió la cabeza a su anciano padre y que, valido
de la noche, regó su hogar con sangre de su huésped!
(…)
(…)
·
Horacio. (2006). Odas y Épodos. Sátiras. Epístolas. Arte
Poética. México: Porrúa.
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